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Historia y análisis del aspartamo

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Como es de público conocimiento, muchos productos alimenticios ingeridos cotidianamente en la dieta regular de las personas son endulzados a base de aspartamo, un potente edulcorante utilizado tanto en la industria alimenticia como en la farmacéutica. Hoy día – tras extensas y minuciosas investigaciones científicas- puede afirmarse que, definitivamente, el aspartamo es un endulzante absolutamente inocuo para la salud.

Su historia
Los orígenes del aspartamo se remontan al año 1965 cuando James Schlatter, químico norteamericano, descubrió casualmente la propiedad endulzante del aspartamo. En los años ochenta, el ingrediente E951 –como se lo denomina en términos científicos- se incorpora en principio al mercado estadounidense y más tarde, en 1996, es aprobado por prestigiosas instituciones de la salud como edulcorante general en medicamentos y todo tipo de alimentos y bebidas.

La Declaración de Chinchón (Madrid, noviembre de 2013) ha estipulado que, como todos los ESBC (edulcorantes sin o bajos en calorías), el aspartamo debe figurar explícitamente en las etiquetas de los productos que lo contienen. Además, debe procederse a la adecuada educación del consumidor, puesto que es necesario difundir que este edulcorante ha sido sometido a rigurosos estudios científicos cuyos resultados aseguran su absoluta inocuidad y la inexistencia de riesgos para la salud.

¿Qué es el aspartamo?
El aspartamo es un edulcorante de mesa que se presenta en forma de polvillo blanco e inodoro, poseedor de una capacidad endulzante unas 200 veces más potente que el azúcar. Expertos de la salud pertenecientes a la EFSA -Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria- han determinado su IDA (Ingesta Diaria Admisible) en una cantidad de aspartamo diaria de 40 mg por cada kilogramo de peso corporal.

Análisis del aspartamo: componentes
Cada molécula de aspartamo está compuesta por ácido aspártico y fenilalanina. Como solo es estable en estado seco o congelado, el aspartamo pierde su propiedad edulcorante durante la cocción de los alimentos; por esta razón, no puede utilizarse en alimentos cocidos o productos sometidos a un proceso de esterilización.

En los líquidos que se encuentran a temperaturas superiores a los 30°C, el aspartamo entra en descomposición y libera metanol, un residuo que también es producido por diversas verduras o frutas y que es rápidamente metabolizado por el organismo humano.

Al contener fenilalanina, este edulcorante no puede ser utilizado por las personas que sufren de fenilcetonuria. El resto de los consumidores puede hacerlo sin ningún tipo de problemas respetando, por supuesto, el nivel autorizado para su consumo reflejado en la IDA.

 

 

Imagen: © Anita Nowack | Dreamstime Stock Photos


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